un suspiro tras la ventana
y el deseo de estar en otro lugar
de evadir esta presión que llevo dentro
y el dolor en mi ser
físico... si físico...
un perro ladro y me saco del espacio en el que estaba
y me di cuenta que lo que escribía parecía extraño
sentí un escalofrió y sentí el dolor de nuevo
se esparcía por todo mi cuerpo
y entro un ángel a mi cuarto...
a hablarme de como podía ser aun mas feliz
mi verdadero ángel... evadí la invitación con una dejadez de un tal vez
y ok lo diré...
cuando por fin regrese al monitor me di cuenta que el dolor se había transformado en nausea y simplemente no encontré otra solución que llevar a cabo la rutina de todos los días para acabar con este día que inicio azul y termino marino...
Reseña de Cantaclaro de Rómulo Gallegos
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